DESDE MI VENTANA

viernes, noviembre 24, 2006


LA MUERTE UN MISTERIO EN POEMAS

Dedicado a Una que eligió, que ejerció el derecho de dejar de vivir.
ALFONSINA STORNI

¿Cómo quedan, Señor, durmiendo los suicidas?
¿Un cuajo entre la boca, las dos sienes vaciadas,
las lunas de los ojos albas y engrandecidas,
hacia un ancla invisible las manos orientadas?

¿O Tú llegas después que los hombres se han ido,
y les bajas el párpado sobre el ojo cegado,
acomodas las vísceras sin dolor y sin ruido
y entrecruzas las manos sobre el pecho callado?

Gabriela Mistral, “Interrogaciones”. Libro: Desolación.

SU POESIA

PARTIDA (Poesía no publicada en libros)

Editado con posterioridad a “Mascarilla y trébol y una Antología poética con sus poemas preferidos”.

Escrito en 1938 A los 43 años

Un camino hasta el confín
altas puertas de oro lo cierran;
galerías profundas; arcadas.

El aire no tiene peso;
las puertas se balancean en el vacío;
se deshacen en polvo de oro;
se juntan, se separan;
bajan a las tumbas de algas;
suben cargadas de corales.

Rondas, hay rondas de columnas:
las puertas se esconden detrás de
los parapetos azules; el agua brota
en campos de nomeolvides;
echa desiertos de cristales morados;
incuba grandes gusanos esmeralda;
se trenza los brazos innumerables.

Lluvia de alas, ahora;
ángeles rosados se clavan
como flechas en el mar.

Podría caminar sobre ellos sin hundirme.
Una senda de cifras para mis pies:
Columnas de número para cada paso,
submarinas. Me llevan: enredaderas
invisibles alargan sus garfios desde el horizonte:
Mi cuello cruje. Ya camino. El agua no cede.

Mis hombros se abren en alas.
Toco con sus extremos los extremos del cielo.
Lo hiero: La sangre del cielo bañando el mar...
Amapolas, amapolas , no hay más que amapolas...

Me aligero: la carne cae de mis huesos.
Ahora. El mar sube por el canal de
mis vértebras. Ahora. El cielo rueda por
el lecho de mis venas Ahora. ¡El sol!
¡El sol! Sus últimos hilos me envuelven,
me impulsan. Soy un huso:
¡Giro, giro, giro, giro !

En este poema, por medio de los símbolos: “camino hasta el confín, puertas de oro, puertas que se abren en el vacío”, Alfonsina crea un continuo entre cielo y mar. “...bajan a las tumbas de algas”. Los símbolos: “enredaderas, garfios, cuello que cruje, agua que no cede, hombros que se abren en alas, que tocan extremos del cielo”, parecieran describir el deseo de fusión entre mar y el propio cuerpo, que pierde sus límites. La fusión del propio cuerpo, al cuerpo materno. (la mar, “la mere”)

Se agregan, las comparaciones: “carne cae de mis huesos, mar sube por mis vértebras”. Con ellas, pareciera reiterarse el deseo de pérdida de límites, desintegración, hacerse una con el mar, fusionarse. El cielo, bajado a la mar, rueda por las venas. El color azul pareciera relacionar estos elementos, agregando el significado asociados a este color, paz, tranquilidad. Nuevamente, surge el deseo de conexión y/o fusión de estos elementos, que se envuelven entre sí, pasando a ser sólo múltiples giros, energía.

El simbolismo del mar, según menciona Gastón Bachelard, muestra la relación entre viaje y muerte. Así, retornando las exequias a la mar, se retorna y funde con la naturaleza de la que proviene. La muerte resulta ser una suerte de retorno al útero maternal del que proviene. Algunos autores mencionan, que Alfonsina, quien desde niña se sintió atraída por el mar y sus enigmas, ante la cercanía de la muerte, decidió salir a su encuentro y fundirse con sus aguas, a las que se sabía consagrada desde siempre.

VOY A DORMIR. (poesía no publicada en libros)
Escrito pocos días antes del suicidio (43años)

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.

Déjame sola; oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides...
Gracias...

Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.

La poeta crea una analogía, entre el ir dormir de la infante y el último dormir, aquel del que no se despierta. Así, le encarga a la nodriza, los preparativos para dormir / morir, preparativos de acostada y preparativos fúnebres: “cofia de rocío”, “dientes florales”, “sábanas terrosas” o color tierra, “edredón de musgos escardados”, símil al pasto que cubre las tumbas.

Continúa los pedidos a su nodriza: A modo de lámpara de cabecera, una constelación cualquiera. Finalmente, la última solicitud, “la deje sola”, pues es la hora de partida. “rompe brotes, acuna un pie celeste desde arriba, suenan compases para que olvides” y un encargo final, si llama él diga, no está, se ha ido... Un cierre final, lo pendiente quizá.

A partir de los poemas muchos reconocerían en éstos fantasías o ideas suicidas en Alfonsina, que pudieran relacionarse con un deseo esperanzado de rescate, de escape, al que se agrega la idea de que la vida es reversible y se puede retornar.

Sus sentimientos son predominantemente de tristeza, ligados a necesidades de ser atendida, acogida, “el agua...incuba gusanos esmeralda; se trenza los brazos innumerables”.“nodriza mía, acuéstame”.

Los símbolos camino, puerta y su asociación al color azul y el celeste ligados a mar y cielo, aluden a sentimientos de reunión a lo celestial, abandono de lo terrenal, búsqueda de paz, de tranquilidad, de unicidad con la naturaleza, de renovación, de resurrección. La elección de contenidos místicos de ángeles y cielo, junto con contenidos de seres humanos muertos, esqueletos, trozos de cabelleras, parte humanas resquebrajadas: “mi cuello cruje, mis hombros se abren en alas, la carne cae de mis huesos, el mar sube por el canal de mis vértebras”, pudieran estar asociados a pérdida de la cualidad vital.

Se mencionan movimientos humanos en acciones de hundirse, ser llevada, aligerarse, dormir, que cobran mayor peso, pues existe una autorreferencia al propio movimiento, el movimiento deseado. Así, es posible percibir en los escritos de Alfonsina, el deseo de morir, que en sus primeros escritos es una proyección a futuro (cementerio que da al mar, presentimiento, epitafio) que después se hace mas presente, hasta llegar a la consumación, en sus poemas partida y voy a dormir. También en éstos dos últimos poemas se manifiesta una fuerte representación suicida, que dado su acuciosa descripción se configura por medio de la expresión poética en una idea y amenaza suicida, en dónde existe una continuidad entre la ideación, puesta en potencia en sus poemas y la consumación en su suicidio intencionado.

Así, Alfonsina Storni, cuyo nombre significaba “dispuesta a todo”, un 23 de octubre de 1938, a la una de la madrugada, se da cita con el mar, en la ciudad de Mar del Plata, no podría haber sido otra ciudad y haciendo honor a su entrega poética, se hace una con el mar, se hace una con la madre en un abrazo azul.
posted by AGAR at 5:23 p. m.

2 Comments:

Qué tristes y qué hermosos son los poemas de Alfonsina. En su deseo de muerte hay huellas que reconozco. Gracias por poner estos versos y comentarlos de manera tan delicada. Saludos cordiales.

5:21 p. m.  

En general la poesía de Alfosina es triste, fue una mujer que marcó época y que tuvo una vida dura.
Me gusta la poesía triste y sobre todo la poesía de poetas suicidas. Tienen una sensibilidad que no poseen otros poetas, auque escriban hermosamente.

Gracis por tus comentarios

Saludos virtuales

10:11 p. m.  

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