DESDE MI VENTANA
lunes, octubre 30, 2006
LA HISTORIA DE AGAR. UNA HISTORIA DE LIBERACIÓN
En el Antiguo Testamento se relatan historias de personajes que simbolizan diversas actitudes y conductas en el marco de la lucha por la justicia y contra la opresión, así como de la resistencia a los imperios, la fe, la gracia y la esperanza.
Desde el origen de la humanidad, la opresión ha estado presente. Por tanto, la historia de Agar no podría sino haberse ubicado en el Génesis, y en el génesis de la Biblia. El afán de posesión y dominio, emerge desde los inicios de la humanidad, trascendiendo a la historia, política y cultura de los pueblos y desde el colectivo hasta el individuo, llegando a pensarse incluso que es estructural.
La historia de Agar, la emigrante, comienza con la decisión de Sara, quien era estéril, de tener un hijo por medio de Agar, su esclava. Agar no fue consultada, resultando ser usada como un instrumento para ser madre, por y para su dueña. Pero, para sorpresa de ésta, Agar la desprecia. Esta actitud en la esclava genera la actitud de hostigamiento por parte de Sara, que llevará a Agar a huir de su dueña.
Algunos historiadores de la Biblia, mencionan esta rebeldía como generada desde la relación dominación – sumisión de la esclavitud, pero Agar era esclava de Sara desde a lo menos 10 años. Una interpretación posible, es que al permitir su dueña, que ella fuera concubina de Abraham, su esposo y pudiera darle herederos, la sitúo en un plano de igualdad y por tanto, de competencia al ingresar a una relación de tres. Agar pudo sentirse por sobre Sara, en un aspecto en que ella podía ser más que su ama, en dar un heredero a Abraham, algo que Sara no podía. A lo anterior, se agrega la importancia de tener un hijo varón en esos tiempos. Por ende, en un aspecto no menor, ya no estaba sujeta a su ama, sino por sobre ella.
Esta actitud que debe haber tomado Agar, fue percibida por Sara como desprecio (se desprecia o pierde su valor un oponente que dado alguna falencia, la que está en juego, no posee valor dado su carencia) y al sentirse así, acude donde su esposo, para que éste intervenga. Pero, Abraham le menciona, que es su sierva y por ende está en sus manos. Así, Sara da inicio al hostigamiento dirigido contra Agar. Ante este hostigamiento, Agar huye.
Rodrigo Pineda opina que el embarazo le permitió a Agar iluminar su conciencia y la empujó a luchar. Discrepo de esta idea, la posibilidad real de embarazarse y darle un heredero al marido de su dueña, no sólo situaba a Agar por sobre su dueña, sino que por medio de un hijo varón, heredero del padre, accedía al poder potencial que esté tendría y por ende a una condición de igualdad, en un aspecto que hasta entonces tenía negado, la libertad. El error de Sara, más allá de caer en pecado de adulterio e incredulidad en Dios, (desde los principios bíblicos) fue introducir a la tercera y con ello la competencia, que se sabía no podría ganar pues estaba en juego algo que Sara no podría dar, sino después de muchos años, por gracia de Dios.
Así, en Agar se operó un cambio, quizá comenzó a albergar, por medio de la proyección en este hijo, un sentimiento de poder que hasta entonces no había tenido. Desde su inicial rebeldía, empieza a desplegar su deseo de libertad. Así, ante las molestias de su ama, huye. Primera conducta realizada por iniciativa propia en contra del deseo de otro, que marca, además la autonomía. Se da comienzo al duro camino hacia la liberación.
También en Agar, al saberse embarazada, pudo abrigarse el deseo de que su hijo fuera a diferencia de ella, alguien libre, independiente, fuerte, alguien que completará su deseo frustrado. Este deseo la impelió a moverse y desear liberarse.
Por otra parte, el deseo de Agar proyectado en el hijo, se hace consciente y tomará cuerpo como promesa de Dios, quien describe el espíritu rebelde de Ismael: diciendo será arisco, luchará contra todos, y todos contra él, pero él afirmará su casa aunque sus hermanos se opongan.
Ante la huida Agar probablemente experimenta la derrota, la soledad y el desamparo, se aparece Dios, un Dios que le pregunta ¿de dónde vienes y adonde vas? Esta pregunta por el origen y el fin , la sitúa en un presente y la proyecta en su deseo, le abre expectativas, la libera. Ella respondió con la verdad: vengo huyendo de mi señora. Agar recibe en el pozo de un desierto la promesa de ser madre de muchos pueblos y naciones. Finalmente, el ángel de Dios le dice: regresa a tu señora y obedécele. Agar debía regresar a la casa de la esclavitud para que la profecía sobre su hijo fuera cumplida. Y Agar obedece.
Lo que no se menciona tampoco, es que a Sara le nace su Hijo Isaac, cuando Ismael tiene 13 años. Este tiempo le permitió a Ismael ser criado por su padre como hombre libre, fuerte, jefe de naciones. (Promesa dada por Dios a Abraham) Por ende, estos años de “sumisión” de Agar, le permiten a su hijo crecer y aprender del padre, junto con el deseo de ella, apoyado en la promesa de Dios y que pudo hacer de ésta madre, una madre que propendiera a estimular la fortaleza y autonomía en su hijo desde pequeño, para hacer cuerpo en su hijo, la imagen de hombre libre, no sujeto ante nadie.
Así, cuando Agar e Ismael son despedidos por Abraham, Dios repite su promesa y ambos madre e hijo, inician su nuevo camino hacia la libertad.
Así, no resulta curioso, que la disputa continúe entre la descendencia de Sara y la descendencia de Agar. Ambos semilla de Abraham. Dos naciones que probablemente jamás se unirán. Quien antes fue esclavo, jamás querrá retornar a la esclavitud. No creo exista reconciliación posible, pues emergieron de la competencia y en ella se mantendrán.
Será que Dios quiere mantener el equilibrio a partir de la existencia de fuerzas en antagonismo. En esta historia en particular, libertad versus sujeción, esclavitud.
Pareciera ser que para ser libre, al menos hay que tener conciencia de estar sujeto, de ser esclavo y que la libertad resulta ser no menos de las veces un camino duro, que requiere de la huida, del rompimiento, de la despedida, del habitar un lugar y caminar hacia otro mejor.
posted by AGAR at 1:57 p. m.
2 Comments:
Una historia muy interesante sobre la que merece la pena pensar. Es duro someterse de nuevo a la esclavitud porque así te lo exige tu Dios. Todas las historias se repiten... Saludos cordiales.
Así es. Es duro ser obediente sobre todo cuando se invierte tanto tiempo del poco que se tiene y cuando los frutos no se verán sino en generaciones posteriores.
Saludos
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